Del plantón a la Basílica
Por Nancy Miriam Méndez Castañeda
Jóvenes se sienten al caminar, aunque algunos rebasen los 50 años.
Peregrinan cada segundo sábado de noviembre, una tradición preservada por 60 años.
Son los jubilados y pensionados de Petróleos Mexicanos (Pemex.
La plegaria es común: las pensiones no son suficientes, no están al día o simplemente no existen.
Mario Palacios Valdés, de 56 años, forma parte de este grupo y es uno de los organizadores, junto con Juan Meneses, Manuel Rivas e Ismael Flores.
Mario lleva 15 años jubilado y recibe una pensión de cuatro mil pesos quincenales.
Cuenta que reparaba tanques y calderas en la Refinería 18 de Marzo Sección 35, cerrada en 1991 por un decreto de Carlos Salinas de Gortari.
“A mi me gustaría seguir trabajando, porque me sacaron antes de tiempo, porque a mi me jubilaron con 24 años 254 días y ya nomás me faltaría haber trabajado diez años más para poderme jubilar”, dice.
Ahora Mario es taxista, pero entre sus peticiones a al Virgen está tener un trabajo mejor y que el Gobierno nivele las pensiones con los salarios de los trabajadores activos.
“Ahorita con Fox no han mejorado las cosas, porque digamos, no nos dan a nosotros el 100 por ciento que le da al trabajador activo, él tiene un salario más arriba que nosotros y nosotros al contrario, en lugar de ir hacia arriba vamos hacia abajo en los salarios, ya no ganamos lo mismo que un activo”, agrega.
Platica que cuando perdió su empleo y aún con su pensión, no le alcanzaba el dinero para sus dos hijos.
“Estaban en escuelas particulares y por eso seguí trabajando y seguiré trabajando, porque en realidad no hay dinero que alcance”, comenta.
En la peregrinación caminan casi 800 personas, según Mario. El recuerdo de sus trabajos los hace visitar a la Guadalupana. Aunque no tengan pensión.
Ricardo Torres, de 49 años, fue liquidado y no cuenta con pensión, a pesar de sus doce años de antigüedad en Pemex.
“Bueno, a los jubilado son les falta nada, pero a mí que me liquidaron, fue difícil”, dice.
Ahora es ayudante de plomero, luego de haber trabajado en varias áreas de Pemex: tubería, soldadura, taller.
“Yo pido por mi familia y por los enfermos”, comenta, “también por un buen trabajo, porque algunas veces hay trabajo, otras no”.
Las cabecitas blancas entran despacio a la Basílica de Guadalupe. Cantan y rezan, a la imagen de la Virgen que viajó en un carrito blanco toda la peregrinación.
María Isabel Valdés Vallejo, con 75 años, recuerda a su esposo Samuel Palacios Sánchez, fallecido el 7 de abril de 1983. Era trabajador de Pemex.
“Cuando nuestros esposos fallecieron, no nos dejaron ni servicio médico, no nos dieron de Petróleos Mexicanos más que, nada más siete años de pensión, y siete de servicio médico”.
María es una de las viudas que se manifiestan a las afueras de las instalaciones de Marina Nacional por no contar con la pensión de su esposo.
Agrega que para mantener a sus 14 hijos, lavó y planchó ajeno por muchos años.
“Ahora el Presidente Fox, yo soy panista y he ayudado mucho, ayudé mucho, siempre me ha gustado andar en la política, y él dijo que nos iba a ayudar, de lo cual él no nos ha ayudado para nada, para nada nos ha ayudado definitivamente.
“Yo lo fui a ver su rancho y no nos ayudó, en cambio López Obrador tengo mucho, pero mucho que agradecerle porque por lo menos nos ayudó con la despensa que todavía la tenemos”, manifiesta.
A su edad, María Isabel dice que sólo pide lo que le corresponde: la pensión de su esposo y si no, por lo menos la caja para el zepelio del día en que se muera.
“Lo que exigen es que se les dé la pensión de nuestros esposos y el servicio médico de los Hospitales de Pemex, tendrá como unos cuatro años que ya nos dieron el servicio, pero la pensión nada, estamos en nada”.
Con un rebozo blanco que la cubre del frío, agrega que no se irán del plantón mientras no se les resuelva. Sin embargo, la tradición a la Guadalupana persiste y da gracias a la Virgen por todo este año que pasó.
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