VIVE LATINO 2011
DOCEAVA EDICIÓN
FORO SOL, CIUDAD DE MÉXICO
POR NANCY MÉNDEZ CASTAÑEDA
Las sorpresas no se hicieron esperar bajo el rayo del sol que cayó incesante sobre el escenario Indio del Vive Latino 2011, ayer en su cierre de edición.
El sudor y la cerveza mojaron espaldas, hombros y torsos desnudos de los sedientos de música que se quitaron los zapatos para sentir de lleno la brisa de los sonidos y el baile que les esperaban.
El rock se fue tejiendo como una telaraña que atrapó a una multitud de personas, ya fuera agrupadas por parejas, amigos o familias enteras, incluso niños, quienes aguardaban de pie o echados sobre el pasto la llegada de Los Daniels. Fue entonces que la batería, el bajo, la guitarra y la voz de la banda mexicana quemó más gargantas que el mismo astro rey lo hiciera con cuerpos enteros.
Más de 17 mil seres en movimiento generaron un temblor continuo durante una hora sobre la tierra que se estremeció con el primer acorde de A casa.
“¡Toda la banda aquí presente en el Vive Latino! ¡Brínquele cabrones! Ayer (sábado) hubo un acontecimiento grandioso: los Caifanes regresaron y eso quiere decir que el rock mexicano sigue vivo”, dijo Ismael, vocalista de la banda, para presentar su rola homenaje a la leyenda ochentera con Mátenme porque me muero, acompañados por los integrantes de LD.
Le siguieron Lejos, Ya no volverás y Te puedes matar que abrieron paso a una voz esperada, pero sorpresiva: Natalia Lafourcade, quien apareció certera para hacer brotar más calor con Quisiera saber.
La cantante no fue la única invitada especial de la tarde, que amenazó con lluvia por un momento, aunque la nube fue borrada por la energía de los pulmones conglomerados.
Los Liquits impusieron la diversión. Su salida entre máscaras de cabezas de elefante de colores verdes y orejas amarillas invitaron al baile fugaz.
Cuando apagues la luz, Te sentí venir y Baila baila revivieron los cuerpos cansados que cantaron al compás del Oso carpintero, mientras unas botargas de este animal pardo y su amigo la morsa se movían sobre el escenario con un gran cigarrillo de origen incierto (mariguana).
Finalmente los Chícharos mágicos dieron el fruto del aplauso entre capas de colores y antifaces, cual cuento de hadas.
Los recuerdos hicieron ofrenda a los muertos con cantos rockeros, casi hasta estallar. La Barranca ofreció la canción Zafiro a Rita Guerrero e invitó a Cecilia Toussaint y Alfonso André, integrante de Caifanes, a entonar Día negro como un homenaje a Eugenio Toussaint, quienes “se acaban de despedir de esta realidad”.
Las canciones salieron como bichos para picar corazones: Animal en extinción, Reptil, El alacrán, Cabalgata, Corcel y Flecha añadieron la nostalgia al escenario Indio.
La sensualidad cayó en manos de La Mala Rodríguez que lució corsetería al viento, piernas y hombros al desnudo, para hacer un dueto con Gil Cerezo, de Kinky, en Toca, toca, sin dejar de lado temas como Yo no mato el tiempo, Tengo un trato, Te convierto, Por la noche, Nanni, Galaxias cercanas y La niña.
Embelesadas quedaron las miradas con Adanowsky y sus pasos al bailar al ritmo de J’aime te genoux, Me siento solo, Estoy mal, El ídolo y Estrella inmortal, tras el que pidió un grito tremendo y pregunto: “¿están calientes ahora”, despidiéndose con un desnudo total para salir brincando sobre el escenario.
La noche cayó y los andantes se fueron desplazando cada vez más, pero eso no importó para Azul Violeta que hizo un llamado para la paz: “En estos tiempos violentos vamos a echarle huevos para salir de este pedo, vamos a cantar todos” y tocó Sólo por hoy, Éxtasis, Tu luz y No estoy bien.
Draco Rosa cerró la velada del escenario Indio, visiblemente molesto por algunos problemas de audio y sin percatarse de dos temblores literales en la Ciudad de México al filo de las 22:45 horas. El espacio lucía semivacío, pero ávido de escuchar los últimos acordes de Frío, Para no olvidar, Vagabundo por el mundo, Lie Without A Lover y Luchar por ella, que dieron fin al Vive Latino 2011.