Nancy Miriam Méndez Castañeda
Después de ser considerado como uno de los sectores más contaminantes, la Cámara Nacional de Cemento (Canacem) refrendó por segunda ocasión su certificado Industria Limpia 2005 otorgado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“Hoy en día y desde hace tres años, todas las plantas de la industria cementera nacional mexicana están certificadas como Industria Limpia y lo que hoy vinimos es a refrendar esta certificación”, dijo Máximo Dolman, presidente de Canacem, “es decir, seguimos hacia delante y cumpliendo con todas las normativas y cumpliendo como industria limpia en México, todas las industrias cementeras”.
Destacó que el refrendo es para reafirmar su compromiso de desarrollo sustentable.
“Somos una industria que debemos controlar los procesos para que cumplan con los requisitos no sólo nacionales, sino internacionales en materia de cuidado ambiental”, señaló.
Dolman indicó que desde el 2003 el 100 por ciento de las 28 plantas en operación cuentan con este certificado y continúan invirtiendo par ala protección del medio ambiente.
“Tú tienes que cumplir una serie de reglamentos, una serie de normas y exigencias estándar que tienes que cumplir y tiene que ser certificados por Profepa y después de eso, hemos logrado año con año certificarnos y renovar esta certificación con industria limpia”, manifestó.
El presidente de la Canacem precisó que el beneficio de las empresas es muy claro, pues cada vez son más eficientes sus procesos industriales.
“Todos, los clientes reciben productos de mejor calidad, todos los actores de la sociedad están beneficiados con esto.
“Consumimos menos energía, reducimos nuestras emisiones SO2, mantenemos procesos limpios en términos ambientales, beneficiamos a nuestras comunidades al saber que la industria cementera es un elemento clave en todos los elementos de la comunidad”, dijo.
Agregó que la industria cementera no genera residuos, pero que si puede utilizar los de otras empresas para coprocesarlos como combustible y así disminuir los pasivos de la contaminación ambiental.
“No contaminamos porque tenemos grandes inversiones en materia de control ambiental”, explicó, “si tú quieres hacer una fábrica de cemento más o menos son 100 ó 120 millones de dólares, el 25 por ciento únicamente para equipos que garantizan el cumplimiento de los estándares de protección ambiental”.
A la par, Canacem celebró la firma de un convenio con Profepa-por parte de Ignacio Loyola Vera, procurador de la Profepa- para continuar la promoción y realización de auditorias ambientales en el sector.
“Este convenio no es otra cosa que un paso más que empezamos en 1993 toda la industria cementera mexicana en un proceso de evolución para cada vez ser cada más cercanos a un proyecto de desarrollo sustentable”, añadió Dolman.
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