A Iván
Un beso tuyo
saborear un beso es lo que deseo ahora.
Sentir que se desprende de tu boca
tras tu aliento suave y tibio.
La forma en que se acerca tu rostro,
la manera en que cierras los ojos
y ese aire que respiras...
Todo se detiene, no hay sonido, no hay exhalación.
Mi temblor se aquieta
y mi cuerpo derrama dentro mío
una sensación de frío
que lentamente se transmuta en calor.
Y aún no llegas, sin roces.
Cada vez más cerca.
No tengo donde poner las manos, los ojos, los pies.
No sé si moverme,
abrazarte,
detenerte entre mis manos...
preguntándome siempre si te sientes,
si acaso me presientes.
De pronto estás,
tocar tus labios es algo exquisito.
Eres tan suave
tu boca siempre húmeda,
tu lengua acariciándome breve
que hace recorrer la sensación por toda mi piel.
Esos besos largos
que evocan ansiedad de ti
elevando colores
hacia el espacio vacío
en el que parecemos encontrarnos.
Principios del año 2005