Salí de Milenio, después de un gran amor por ese periódico, salí.
Pero no fue una salida a reportear, ni escribir. Sólo de un día para otro me fui, buscando oportunidades que me puedan ser recompensadas.
Extraño a todos, o casi todos. Qué decir de la gentileza y elegnacia de Doña Lety, ni una sola palabra altisonante, si no era para citar a otro.
Mi amiga Lety, aunque no acostumbro a llamarle de "tú", es a la persona en que te puedes respaldar, en la que confías y donde cualquier comentario era respetado, tolerado y respondido.
Cuánto la extraño Doña Leticia Galicia porque usted no solamente me llenó de afecto y consejos, sino que siempre me impulso a seguir y hacer todo lo posible.
Igual Gustavo y José Luis, grandes editores ganadores de muchas de mis sonrisas en esa redacción, porque encontraban los detalles que hacían de lo trivial algo muy divertido, en donde además se valían en ocasiones de mí para hacerlo.
El mejor pretexto, verificable, oportuno, "actual", casi como la noticia, en lo que pudieran hacerme, generalmente, negarlo todo.
Y cuando era de los demás, hasta hacíamos comparaciones juntos y discutíamos con bandera blanca sólo por el gusto de contrariarnos.
Pero no era sólo eso, Doña Lety también participaba, Nayeli, Valdés, Rangel, Jaime, Ray y hasta Julián en ocasiones.
El buen Julián. Mi jefe que aún sigue siendo mi jefe con sus arrancones aventando plumas, hojas y las manos al frente. Mentando madres aquí y allá y sin embargo, todo con cordialidad. Al final del día siempre reía con nosotros y cuando el día era estresante se disculpaba de su actitud explosiva e incluso ironizaba con ella.
Un hombre sumamente inteligente, noble y de muy buen corazón. Sin duda, luego de Daniel Moreno, Julián es simplemente "el jefe", quien no humilla, bromea, explota, pero en la calma siempre puede hablar con serenidad y confianza. Además intenta todos los días de mantener el buen humor, aunque claro, es difícil en el medio.
De los jefes definitivamente fue el que más confío en mí siempre y claro con el que más me pelee también. Y como diría él es "a toda madre".
Que decir de Nayeli, mi compañera de equipo, Doña Lety y ella mi único equipo. He empezado una amistad con esa ex compañera mía que con su entusiasmo me impulsó aún más a intentar cosas, a trabajar con más armonía.
Quizá nos falta paciencia, más trabajo, pero talento ¡hay!
Sé que va a ser una gran periodista porque ama lo que hace. La extraño mucho.
Y esos dos, Jaime y Ray. Ese par es todo buen humor, aunque a veces Jaime ande en sus días. Ray es un "rayito de esperanza" siempre orgulloso de sí, de su familia, de esas personas que todo toma con buen humor.
Extraño a todos, mañana sigo escribiendo...
Los Cadillacs
Hace 15 años.