Por Nancy Miriam Méndez Castañeda
Con penacho de plumas de colores y vestido azul hasta los tobillos, camina la maestra María Fernández hacia el Cerro del Tepeyac.
Su trabajo es con los niños de primaria.
Hace tres años que imparte clases en la escuela Leona Vicario, cerca del reclusorio norte.
La puntualidad es uno de los valores con que cuenta e imparte a sus alumnos, pues comenta que es primordial formar a los niños con buenos hábitos.
"Claro que debe ser de una manera vivencial, donde el maestro también sea parte importante del ejemplo, si el maestro no da lo que está pidiendo, pues no puede de alguna manera esperar un resultado bueno", dice.
Frente a la Basílica, baila una danza prehispá! nica junto con otros compañeros, trabajadores de la educación también, pero no todos maestros, pues en su mayoría no asisten para no confundir al Estado laico.
Al terminar, María platica del coco de los niños de primaria: la tarea, beneficio que depende mucho de la función que tenga.
"Es muy relativo, porque las tareas en sí, el propósito que tienen es reforzar el trabajo que se hace en el salón, o ir propiciando y de alguna manera preparando en los alumnos el futuro trabajo que se va a hacer en el salón", comenta.
Pero la tarea no funciona sin un propósito específico por parte del maestro, agrega, deben ser revisadas o comentadas por los compañeros de grupo y el maestro.
"No estoy de acuerdo en las tareas para llenar tiempos o para tener a los alumnos ocupados, siempre tienen que ser tareas que realmente les sirvan".
María cree que es por eso que a veces los niños sienten que tienen mucha tarea, porque es una encomienda! sin propósito alguno.
"Mucha tarea es cuando los niños no saben el sentido con el que están haciendo las cosas y cuando no saben que es lo que van a obtener al hacer algún trabajo", dice, "algo que pueda parecer mucho para otros, para ellos es simple porque saben hacerlo".
Por ello y de acuerdo a la repartición de materias, María deja a sus alumnos de cuarto grado de primaria, tarea de dos asignaturas para realizar en casa, donde existe la intervención de los padres, que no siempre es positiva.
"Si esas interrupciones son sencillas y los niños van a regresar a hacer su tarea pues no debe de haber ninguna situación que los afecte, porque ellos saben lo que están haciendo y pueden retomarlo en cualquier momento.
"Pero si no van a regresar a hacer su tarea por esa interrupción, pues ahí si se les perjudica y lejos de ayudarlos, pues están entrometiéndose con el proceso que están llevando los niños", explica la maestra.
Sin embargo, piensa que los padres deben estar al tanto de sus hijos, supervisando, apoyando y guiando en cualquier dificultad que puedan tener.
"Si se acercan para interrumpirlos dentro de lo que están haciendo y ayudarlos y guiarlos, pues está excelente, pero si es una interrupción para hacer cualquier otra cosa que nada tiene que ver, pues entonces si están perjudicando", comenta, "no se trata de que hagan el trabajo que hacen los maestros".
Los trabajadores de la Escuela Nacional de Maestros escuchan atentos la misa y luego de un baile más, fuera de la iglesia, cargan la imagen de la Virgen y se despiden de su peregrinación 31 como cada último vienes de noviembre.
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