Nancy Miriam Méndez Castañeda
El cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de la Arquidiócesis de México, reiteró que la Iglesia católica no aceptará a ningún homosexual como seminarista o sacerdote.
"La Iglesia quiere cerrar la puerta para que no haya sacerdotes homosexuales", dijo.
Posterior a la misa dominical en la Catedral Metropolitana, indicó que cuando el Papa Benedicto 16 cierra las puertas, se dice que está discriminando, y si no las cierra, está permitiendo que la Iglesia se corrompa.
"¿Qué es lo que quieren? La Iglesia no está discriminando de ninguna manera.
"Yo creo que aquí les está sucediendo lo que al ibérico aquel", ejemplificó, "que si me muero en Madrid, que me entierren en Gijón, y si me muero en Gijón que me entierren en Madrid, ¿qué quieres hombre? Molestar pero con expresiones hispánicas".
De acuerdo a la editorial del número 458 del Semanario Católico Desde la Fe de ayer que llevó como título "Sacerdocio y homosexualidad", Rivera Carrera negó que se esté haciendo una crítica a las personas con preferencia sexual distinta.
"Yo creo que es muy bueno leer con detenimiento esa editorial de la Fe", expresó, "en ningún momento es una crítica a la homosexualidad y mucho menos una discriminación, es simplemente decir cuáles son las normas para entrar a un seminario".
La editorial señaló que en un documento presentado en noviembre por el Vaticano queda claro que no se trata de una agresión hacia quienes viven en la condición de homosexualidad, pues tales personas deben ser acogidas con respeto y delicadeza.
"Respecto a ellas se evitará cualquier estigma que indique una injusta discriminación.
"Ellas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en sus vidas y a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueda encontrar", citó el texto.
La editorial aclaró que el documento del Vaticano únicamente quiere pronunciarse sobre la admisión o no admisión al Seminario y a las Órdenes Sagradas de candidatos con tendencias homosexuales profundamente arraigadas.
"La Iglesia no puede admitir en el Seminario ni en las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay", agregó.
El Semanario, fechado del 4 al 10 de diciembre, explicó que las circunstancias actuales de la homosexualidad son la difusión amplia en la cultura de nuestros días del permisivo sexual y el impacto inmisericorde que todo ello tiene en aquellos que sin madurez y sin espiritualidad ejercen el sacerdocio.
"Caen en graves problemas que el Papa Juan Pablo Segundo identificaba como el misterio de la maldad", añadió.
La editorial cuestionó el entendimiento de la fragilidad humana que requiere de ideales claros para la superación y el compromiso de todos en la construcción de un mundo mejor.
"Muchos critican, con toda razón, las fallas graves, pecaminosas y hasta criminales de algunos ministros de la Iglesia; son los mismos que ahora critican una postura clara y radical de la Iglesia para tratar de evitar mayores problemas hacia el futuro", indicó.
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