Por Nancy Miriam Méndez Castañeda
La Iglesia católica comenzó la 80 Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en la Basílica de Guadalupe.
Con el fin del Año Eucarístico en México, José G. Martín Rágabo, obispo de León y presidente del CEM, indicó que tienen una responsabilidad para realizar acciones que transformen las estructuras sociales para que sean acordes con la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales.
"Nos reunimos en momentos en que amplias zonas de nuestra patria sufren las consecuencias de los dolorosos efectos de los fenómenos naturales", declaró, "el sufrimiento de nuestros hermanos nos interpela y nos exige respuestas eficaces".
En un mensaje a Don Giuseppe Bertello, Señor Nuncio Apostólico, así como a cardenales, arzobispos, obispos y secretarios ejecutivos de las comisiones episcopales, señaló que el afán de poder en nuestro País incrementa la corrupción, impunidad, infiltración del narcotráfico y crimen organizado.
"Fenómenos todos estos que reflejan la pérdida del sentido de Dios y la pérdida de los principios morales que deben regir la vida de todo hombre.
"Sin una referencia moral se cae en un afán ilimitado de riqueza y de poder, que ofusca toda visión evangélica de la realidad social", dijo Martín Rábago.
Agregó que la Iglesia católica tiene la tarea apremiante de formar a sus seguidores en costumbres y enseñanzas familiares.
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